
La Oración del titulo es un extracto de Filipenses 4:6-7, me ha hecho reflexionar en ciertas situaciones:
Hay muchas cosas en el mundo que no podemos cambiar, pero que talvés quisiéramos hacerlo, como el conductor que parquea sin orden su vehículo y ocasiona una trankón, como el cáracter de ese vecino cascarrabias que aveces quisiéramos darle su merecido, como el familiar o allegado alcohólico o drogadicto, que vemos que se destruye, pero simplemente y aunque nos duela no podemos cambiar.
Aquí es cuando me vienen a la mente todas esas personas exitosas, que corren a toda velocidad y van llevando consigo al resto, su afán, normalmente son las que mas se molestan por todas aquellas situaciones que no se pueden hacer de acuerdo a los gustos propios.
Si desmenuzamos el verso, inicia diciendo que por nada, y nada es nada, ni la muerte, ni la vida, ni la tormenta, ni la necesidad, ni el hambre, ni la urgencia de cualquier tipo, técnicamente ya no habrían urgencias dado que en la naturaleza de la palabra, el que algo urja ya le añade a todo el contexto un cierto afán.
Continua diciendo: "sino que sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios" como que todos aquellos afanes los debemos de presentar ante una fuerza o poder superior que los escuchará y atenderá, sigue: "En toda oración y ruego, con acción de gracias" talvés los elementos que nos debemos olvidar, la conexión, la humildad cuando nos dirigimos al Rey de Reyes, como en actitud de ruego, queriendo alcanzar su misericordia y con acción de gracias, solo basta salir un momento y observar este hermoso planeta creado para nosotros y las innumerables bendiciones y cosas maravillosas que nos rodean, como no estar agradecidos. Despues dice: "Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.